jueves, 2 de agosto de 2007

De un saque.

Cada vez que una mujer me pregunta la edad me vuelvo un poco más viejo. Todo empezó quizás como un juego, hace ya no me quiero acordar cuantos años seguramente entre algunos de mis conocidos. Yo no sabía mucho de que se trataba todo este asunto, simplemente un día me subí a una bicicleta rodado 20 para salir a dar una vuelta por ahí y me sentía muy bien, les juro que si, cuando una chica que me gustaba mucho con una cara muy particular me pregunto cuantos años tenia. Le conteste con un poco de curiosidad sin entender el porque de su pregunta, pero al verme reflejado en una vidriera, yo tan grandote sentado en aquella bici tan chiquita. Comprendí de inmediato. Unos metros mas tarde me sonroje al punto de no poder disimularlo y de repente se me fueron las ganas de pedalear, de hablar y de sociabilizar con nadie, fue ahí que gane como cuatro años de un solo saque.
Curiosamente siempre son las mujeres las que me agregan mas años, porque entre mis amigos y otros muchachos nos entendemos diferente, si el tipo es apenas un poco malévolo puede llegar a agregarnos unos cuantos meses nomas con alguna pavada, pero las chicas son diferentes, mas precisas e intuitivas y conocen de maravillas el arte de sumarme años con esa facilidad que tienen y tanto me atemoriza.Recuerdo que a los 11 años, una amiga de mi hermana nadaba en la pileta de unos amigos en común, yo me sumergí con toda mi inocencia con los ojos cerrados para bucear y al salir aparecí sin quererlo cerca de ella por su parte posterior, al microsegundo de ascender del fondo de los océanos sintiéndome todo un buzo profesional siento un impacto en mi cara, un feroz cachetazo por el cual me costo varios minutos dilucidar su causa. Cuando comprendí la situación sume como tres años de otro saque y entendí que las mujeres son complejas y que, aunque jamás se me hubiera ocurrido verle el culo por debajo del agua ya que era demasiado chico e inocente, supe que no podría nunca llegar a explicar aquella sensación de perder repentinamente un pedazo de inocencia con facilidad de palabras, una vez mas quede anonadado y perplejo sumando años.
En todo este tiempo invente trucos y remedios para recuperar algunos de esos tiempos de inocencia que me fueron arrebatados como por ejemplo jugando al fútbol, ayudando a mi primito de 5 años a armar castillos o jugando con sus muñequitos, pero sus efectos son solo temporales. Mujeres hermosas me robaron el alma para recortarla y pegarla en los vidrios de su habitación y mirarlas de cuando en cuando en alguna que otra aburrida tarde de lluvia, otras con sus rotundos rechazos dejaron en claro que no tenían ni siquiera la intención de sumarme o restarme ninguna edad tan solo porque yo no tenia mucho en lo que ellas tuvieran demasiado interés. Pero también hubo de las otras, las que en lugar de encajarme mas años venían a compartir los suyos de igual a igual, que no les importaba demasiado que me gustaran las películas de acción sin sentido, que se podían pasar la tarde entera hablando de cosas incoherentes sin sentirse estúpidas, infantiles o desubicadas y que por sobre todas las cosas jamás me atacaron con esa típica cara de auto superación, muy fingida por cierto, como si me atraparan comiéndome los mocos justo cuando me querían presentar a sus padres.
Así es amigos, debo confesarles que es el impacto de la mirada femenina el que termina develándome a esta altura de mi vida el, a veces, intenso estado de inmadurez en que me encuentro sin que pueda evitarlo, y pese a que me sienta mas joven de lo que soy, de cierta manera siempre alguna de ellas se las ingenia para sumarme otro puñado mas de años a la cuenta o se regocija recordándome los que ya traigo encima sin que yo pueda hacer nada y con el único e inconfundible fin de que siga "madurando".

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