jueves, 2 de agosto de 2007

Recuerdos.

Recordó a Lucía de su mano y aquella canción tan dulce que solían escuchar.
Recordó el aroma del aire de la noche cuando todavía tenia 15 años y la ciudad era mucho mas agreste, la caricia entre llantos que le dio en la cara después de pelear por algunas tonteras de celos y un extraño acorde sucio de guitarra que no encastraba en la canción. Recordó el frió de la cama, el colchón lleno de migas de pan y los besos desesperados de todavía un aprendiz. Recordó las manos recorriendo partes novedosas sobre otro cuerpo, recovecos vivos sin antes explorar, y fue armando esquemas de ilusiones, inventando gambetas y rociándola toda de besos, dientes y saliva. Recordó el aroma pesado y caliente que se iba generando, el mal aliento del ajo, las sabanas sucias y algo pegajosas, la ventana abierta que daba a la calle Caracas y la camisa blanca tendida sobre la silla. Recordó el aluvión de promesas, las palabras, tan dulces que vinieron después, los sueños que fueron pasando y el calor del primer cigarrillo encendido entre sus manos. Recordó el adiós, la llegada a casa y los huevos fritos en aceite de oliva, la inocente caricia en la cabeza de mama que no sabía nada de lo que pasaba como siempre, el olor de sus manos, la ducha tan necesaria y la tarea pendiente del colegio que no pensaba hacer por estar demasiado distraído en otra cosa. Todo lo recordaba con gran intensidad a sus 89 años.... todo excepto su propio nombre.

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