lunes, 6 de agosto de 2007

Acto reflejo.

Para escuchar leyendo o para leer escuchando...



Amanece y Gabriel abrió los ojos, no se acordó como pero estaba recostado en el suelo mirando alrededor y pensando que quizás se quedo dormido mientras escuchaba un tema de Louis Armstrong. Volvió a cerrar lentamente sus parpados dejándose caer, pero ahora su cuerpo delgado apareció parado en otro lugar, no sabe como sucedió, se sorprendió y en vano trato de reconocer su ubicación, no logro ver mas que un extraño cuarto azul donde la luz entraba poco y la humedad se depositaba en cada rincón. Sintió un ruido fuerte a su lado, reconoció un arma de fuego y luego volvió a cerrar los ojos.
Al abrir nuevamente sus parpados el lugar volvió a cambiar. Parecía un bar en donde ahora Gabriel permanecia sentado con un vaso de ginebra y una botella casi vacía entre sus manos. Estaba muy mareado por lo que asumió que se encontraba borracho. Hacia mas frió que antes y cada vez entendió menos lo que sucedía y lo que lo rodeaba. Asustado vio la copa de vidrio grueso con extrañeza e intento dejar los ojos abiertos pero no pudo hacerlo por mucho tiempo y al cerrarlos, mucho mas mareado que antes, se vio de pie en un jardín perfumado por jazmines con un arma de fuego en la mano. Sin entender nada miro a su alrededor y luego tiro el revolver lo mas lejos posible.
Intento correr hacia algún lugar, encontró la salida a la calle y logro alejarse de aquel sitio muy alterado. Sin darse cuenta cerro nuevamente sus ojos una vez mas ya preparándose para la fatalidad, comprendiendo aquel macabro juego. El viaje se repitió y nuevamente apareció parado en el mismo jardín del que antes escapo, con una pistola en la mano y un cigarrillo encendido en la otra apuntando a la cabeza a una muchacha rubia que permanecía temblando de rodillas frente suyo.
La miro a los ojos. Todo sucedió en un solo segundo en el que sin poder llegar a controlar su cuerpo y aun mas asustado y confundido que la muchacha, Gabriel disparo el arma volviendo a parpadear en el momento exacto de gatillar.
Pareció pasar más de media hora de total silencio en los cuales no pudo percibir ni una sola sensación del contexto en el que se encontraba, todo aparentaba haber vuelto a la normalidad.

– Debe haber sido un mal sueño- se consoló pensando.

Confiado abrió los ojos una vez mas como despertando de aquella pesadilla y reconoció el mismo jardín de antes con el cadáver tendido de la rubia a sus pies en un charco de sangre. Se hizo fuerte, corrió hasta un fregadero que se encontraba a unos metros y tenia un espejo viejo colgado en la pared para esconderse, reviso sus ropas buscando cualquier cosa que lo conectara con la realidad y encontró un cuchillo en el bolsillo derecho de la chaqueta, se miró al espejo sin pestañear y con el filo medio oxidado de la hoja se destripo sus dos ojos con intensa furia buscando escapar de una vez por todas de aquel mal sueño.

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